NUEVA ORLEANS.- México será el país invitado del New Orleans Jazz & Heritage Festival, uno de los más relevantes y longevos en Estados Unidos, con 54 años de existencia, dedicados no sólo al género de la síncopa, sino a un variado racimo sonoro que se exhibirá en 14 escenarios simultáneamente.
En esta edición, más de 100 creativos mexicanos de la música, artesanías y la gastronomía mostrarán sus dotes del 24 de abril al 4 de mayo en el Pabellón de Intercambio Cultural, cuya misión es conectar a la cultura estadunidense con el mundo.
Nueva Orleans es una ciudad cuya mezcla de cultura africana, indígena y europea la hace única; su sincretismo es el alma de un festival que reúne a más de un millón de personas.
El tributo a México es más importante que nunca frente a toda la negatividad y la locura que está ocurriendo… La cultura y la música siempre hablan mucho más fuerte que todo ese ruido, asegura la gestora cultural Valérie Guillet, coordinadora del Pabellón.
Conocemos la situación actual con la nueva administración. Hay mucha negatividad en la prensa sobre lo que pasa en las fronteras. Pero los políticos llegan y se van, y aquí, en el festival, se trata de algo más profundo: las conexiones del lenguaje de la música, de la cultura, y en eso no hay mentiras, es la verdad. Entonces, es importante para nosotros mostrar las cosas bellas como la sofisticación de la cultura mexicana, que suena más fuerte que cualquier otra declaración, expresa la promotora a La Jornada.
Al margen de ser un contrapeso espiritual, se eligió a México en esta edición, a decir de Guillet, por sus nexos con Luisiana (donde se ubica Nueva Orleans), que “son desconocidos, pero existen. Hay una diáspora africana que comparten Veracruz y Nueva Orleans. Hubo cambio de música, de productos… esta ciudad fue refugio para el presidente Benito Juárez en su exilio. Entonces, queremos celebrar esas conexiones y mostrar un poquito de la riqueza musical y de la cocina de México”.
Además, destaca Guillet, aquí se reconoce “a los trabajadores mexicanos que reconstruyeron la ciudad después de la destrucción del huracán Katrina”.
El Pabellón de Intercambio Cultural, asegura Guillet, aporta a nuestra audiencia algo siempre nuevo, fresco y sorprendente. Por eso, invitamos a artistas que no han viajado antes. Tratamos de ir más allá de los clichés que están tan arraigados en Estados Unidos.
Este espacio, que se inauguró en 1996 y estuvo dedicado a Haití, ha celebrado expresiones artísticas de países como Malí, Panamá, Brasil, Sudáfrica, Martinica, Belice, Cuba y Colombia, es un lugar multidisciplinario, que cuenta con un escenario de música en vivo, y ofrecerá exposiciones de arte y presentaciones en vivo de artesanos para mostrar la enorme diversidad de comunidades indígenas y tradiciones de México.