CIUDAD DE MÉXICO.- Dormir no es solo un descanso placentero al final del día, sino una necesidad biológica fundamental para el buen funcionamiento del cuerpo y la mente. Durante el sueño, el organismo lleva a cabo procesos esenciales como la reparación de tejidos, el fortalecimiento del sistema inmunológico y la consolidación de la memoria.

Numerosos estudios han demostrado que dormir entre 7 y 9 horas por noche mejora la concentración, el estado de ánimo y el rendimiento físico. Por el contrario, la falta de sueño está relacionada con un mayor riesgo de enfermedades como obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión y trastornos del corazón. Incluso puede afectar el equilibrio hormonal y debilitar las defensas del cuerpo frente a infecciones.

Además, un sueño de calidad contribuye a la salud mental. Dormir bien ayuda a regular las emociones, reducir el estrés y prevenir cuadros de ansiedad y depresión. Por eso, establecer una rutina de sueño, evitar pantallas antes de acostarse y crear un ambiente tranquilo son hábitos clave para un descanso reparador.

Un factor muchas veces subestimado es el colchón. Un buen colchón proporciona el soporte adecuado para la columna vertebral, alivia puntos de presión y favorece una postura correcta durante toda la noche. Dormir en un colchón que se adapta a nuestras necesidades no solo mejora la calidad del sueño, sino que también previene dolores musculares y tensiones acumuladas, lo que se traduce en una mejor salud general.